Miniaturas cascos de época

El coleccionismo es una de las aficiones más variadas del mundo, refleja el gusto de cada persona, la perseverancia y la paciencia en la búsqueda de las piezas, además de ser divertido.

La colección de miniaturas reúne diferentes cascos de guerreros, cuidando los detalles, para poder apreciar las diferencias entre conquistadores, romanos, vikingos, etc. Cada casco, como una de las partes más importantes del equipamiento, tenía la función de proteger la cabeza del soldado; la forma y el material del que se confeccionaban los cascos dependía tanto de la región donde se utilizaban, como de las armas empleadas para luchar. De ahí la belleza de la variedad, poder analizar cada pieza, la historia de cada casco, lo que representa, en que época se utilizaba, su eficacia o incluso su evolución.

En algunas ciudades de Esparta, los líderes y jefes de fila llevaban cascos de bronce, un material más resistente, que les cubría casi toda la cabeza, mientras que en otras ciudades eran los soldados quienes suponían la mayor inversión en armadura.

Por otro lado, los cascos también representaban un objeto de decoración personal. Al principio, servían para distinguir los cargos o rangos militares, pero enseguida fueron adoptados como accesorio para reflejar la opulencia del portador. En cuanto a los cascos romanos, el más conocido es el casco imperial, fácil de identificar por sus protecciones para las orejas y, más tarde, por el penacho.

Estos cascos se basaban en los confeccionados por los herreros galos, algunos tenían protección interna de tejido de lana o de piezas de lino forradas, aunque, también utilizaban el cuero para cubrir los bordes de metal. Los casco romanos estaban construidos de hierro o latón e incluían pequeños detalles decorativos. Lo que hay que tener en cuenta es que los cascos se confeccionaban en función de los materiales disponibles en cada época y de las armas utilizadas para cada combate.

En el caso de los gladiadores, en muchas ocasiones se les diferenciaba por el tipo de casco que llevaban, no solo por las armas, puesto que había distintas clases como el mirmillón, tracius, secutors, o samnita, etc. A la forma de luchar y a la armadura se le daba gran importancia porque la mayoría de los gladiadores eran esclavos o prisioneros de guerra, por lo tanto, el combate era la única manera no solo de mantenerse con vida, sino de conseguir la libertad, la fama y, a veces, una buena posición económica.

La colección de cascos en miniatura está formada por ocho piezas inspiradas en las armaduras de los guerreros más valientes de la historia, desde romanos, vikingos, conquistadores o cruzados; los cascos son tan antiguos como la propia guerra y se les dio el mismo uso en todas las épocas y en todas las culturas, sin embargo hay diferencias de diseño, utilidad y materiales empleados para su fabricación. Cada pueblo tenía su forma de luchar para asegurar la supervivencia, por lo tanto, aprender de las derrotas y de las victorias y mejorar sus armas y armaduras se convirtió en una obligación.

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