Como podemos observar en los museos más importantes de todo el mundo, especialmente de Europa, el arte religioso es el más prolífico, precioso y valioso que podamos ver en la cultura Occidental. Los pintores y escultores más importantes de todos los tiempos tienen entre sus obras de arte más destacadas temas de la iconografía cristiana que ilustran bellamente la fe católica.
El arte religioso cristiano medieval se dio tanto en Oriente como en Occidente, aunque sus orígenes los encontramos en la época de los primeros cristianos; en la época contemporánea es también abundante el arte religioso. En América Latina es muy representativa especialmente la época colonial y de la conquista. El cristianismo siempre ha recurrido al arte para ilustrar y para mantener la fe y así ayudar en la devoción de los cristianos. La mayoría del arte cristiano representa la vida y obra de Jesucristo, de su Madre la Virgen María, de los Ángeles y de los Santos, tanto en el arte católico de Occidente, como el arte ortodoxo y bizantino de Oriente.
Los fieles devotos cristianos, las comunidades cristianas y muchas instituciones cristianas suelen adquirir las imágenes religiosas no sólo como devoción, sino también como decoración. La venta de reproducciones de obras piadosas cristianas ha sido un elemento importante de la cultura y devoción cristiana popular, especialmente con la invención de la litografía a color.
La descripción de imágenes, retratos, cuadros, estatuas o monumentos de la iconografía cristiana interesa no sólo a la historia del arte, sino también a la historia de la civilización en general, del pensamiento humano y, más particularmente, del sentimiento religioso.
Actualmente existen artesanos expertos en la madera que realizan cuadros, retablos, dípticos y trípticos con motivos religiosos clásicos, es decir, reproducciones fidedignas de los originales, con un proceso de elaboración totalmente manual y artesanal, empleando los mismos productos que se trabajaban en el arte románico, gótico o del renacimiento.
Sobre madera tratada, decoran con lámina de oro los fondos de retablos y trípticos, sobre los que insertan los motivos religiosos, tratando estas láminas con barniz. Muchas de ellas las envejecen mediante betún de Judea y cera virgen. También hay retablos pintados al temple con tierras de colores sobre tela de arpillera saco, enyesado y pintado al temple. Las telas se cuartean manualmente para imitar el transcurso de los años y son montadas en forma de pandero y estiradas totalmente, para ser puestas en bellos marcos de madera.