Las botas son un calzado, generalmente de cuero, que resguarda el pie y parte de la pierna. Es indudable que el calzado es parte fundamental de la indumentaria medieval y las botas y polainas no pueden faltar para quien luce un bello traje medieval.
Calzarse ha sido una necesidad para caminar sin hacerse daño. Con el paso de los siglos se convierte en un elemento de moda. Se diseñan los zapatos siguiendo los gusto de la época y sirven, junto junto con el vestido, para diferenciar los grupos sociales. Históricamente, las botas han sido prenda de labradores, pastores y militares. Abrigaban mejor que el calzado tradicional de la época medieval.
Para calzado medieval servían según la clase social del sujeto, las botas, las antiguas sandalias, los zuecos, los borceguíes y los zapatos muy puntiagudos e incluso las mismas calzas o calcetines, que a menudo llevaban adheridas al pie unas suelas puntiagudas y largas.
Durante la Edad Media, la forma del calzado era muy diversa, existiendo botas altas y bajas. Entre los materiales predominaban el cuero de vaca o de cabra.
Las botas siguen siendo en la actualidad un modelo muy frecuente entre mujeres y hombres, pero en el medioevo era un calzado típicamente masculino.