Una copa sirve para beber líquido y se diferencia del vaso en que la copa tiene un pie como base. También se llama copa a la cantidad de líquido que cabe en ella, por ejemplo, una copa de vino, de agua, de champagne, etc.
En el Antiguo Egipto ya se ofrecían copas de vino, que podían tener diversas formas y materiales, desde el sencillo cuenco hasta sofisticadas copas de cristal, cerámica, bronce, latón e incluso plata .
Los menos pudientes utilizaban copas de barro. Era normal ofrecer copas de vino al comienzo de las celebraciones o banquetes y se bebía también durante la comida.
En el Renacimiento aparecieron diseños espectaculares con nuevos materiales; y a partir del siglo XVIII el vidrio fue dejando su sitio al cristal, más brillante y maleable.
La copa más famosa es la del Santo Cáliz (o Santo Grial), la mítica copa que usó Jesús en la Última Cena. Sobre ella hay muchas historias, mitos y leyendas.
El primer vaso lo obtenía el hombre primitivo cuando unía sus manos formando un cuenco o copa. Luego, llegarían recipientes más sofisticados como cuernos, cáscaras de frutos, trozos de madera vaciados, hasta que la alfarería se puso al servicio de todo tipo de necesidades domésticas.
Las culturas más desarrolladas de la Antigüedad han dispuesto de vasijas de cerámica que pueden considerarse precedentes del vaso. Progresivamente, las vasijas de barro vidriado aceptaron la competencia de metales y aleaciones, y los primitivos vasos se hicieron morfológicamente muy variados y más lujosos y con diseños más elegantes como la copa.
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