Los vikingos usaban cascos de cuero que no tenían cuernos. El creer que tenían cuerrnos es una iconografía que ha quedado grabada en el imaginario popular. A ello contribuyó la ópera de Wagner, “El ocaso de los dioses”, ambientada en la mitología nórdica.
La imaginería que sale en las películas no es representativa del aspecto que tenían de verdad. Por ejemplo, se asume que llevaban cascos metálicos con cuernos, pero el metal era muy caro. Lo que llevaban los vikingos era un casco de cuero con refuerzos de metal, si se los podían permitir.
Tenían arcos, cuchillos, lanzas y hachas, herramientas que utilizaban en su vida diaria para cazar, comer o cortar madera y también útiles para la guerra.
Otros, sostienen que la imagen de los vikingos con cuernos en los cascos se debe a que los vikingos realizaban los enterramientos con cascos y también con cuernos por aparte para que el difunto bebiera.
Cuando se descubrieron los primeros esqueletos en la época Victoriana se creyó erróneamente que los cuernos se habían desprendido de los cascos y los artistas románticos pronto difundieron grabados, cuadros e imágenes de vikingos empleando cascos con cuernos.
Los cuernos vikingos sí eran un símbolo propio de esta población y los usaban ya fuera para beber o como cornetas, esto es, como instrumento de sonido para comunicarse entre ellos o para llamar al ganado.