Posiblemente son los egipcios quienes nos ofrecen el antecedente más lejano de la artesanía damasquinada, cultivada también por los griegos y romanos. Pero lo indudable es la importancia que toma, posteriormente, entre los pueblos Orientales.
En Bizancio adquiere este arte caracteres singulares, y su aparición en España viene determinada por la invasión árabe (de ahí su nombre, derivado de Damasco).
Toledo, acogedor de las aportaciones estéticas y culturales de tantos pueblos, abierto por la condición de sus habitantes al trabajo artesano, ha hecho del damasquinado una tradición conservada hasta nuestro tiempo por la vocación de auténticos maestros.
El damasquinado es un trabajo artesanal que consiste en la realización de figuras y dibujos mediante la incrustación de hilos y láminas de oro y plata en acero o hierro, normalmente pavonado. El nombre hace referencia a la ciudad siria de Damasco.
Esta artesanía se viene realizando desde épocas muy antiguas y en muy diversas partes del mundo. En la península Ibérica ya era practicado en época pre-romana y se encuentra en un tahalí y un cetro hallados en el yacimiento de Pintia, e íberos según la empuñadura de la falcata de Almedinilla, Córdoba.
En Toledo se ha desarrollado una muy importante industria de esta artesanía, también conocida como Oro de Toledo. Sirve como seña identificativa de la ciudad. Durante las últimas décadas la producción ha pasado de ser mayoritariamente artesanal a industrializarse, dado el nivel de producción que se realiza y se comercializa.
Sin embargo, todavía muchas tiendas ofrecen productos artesanos, damasquinados a mano con la tradición de antaño.
La calidad del damasquinado a mano es muy superior a la elaborada de forma industrial, pues en esta última el proceso es similar a un estampado del dibujo sobre el acero, mientras que en la manual se realiza incrustando los materiales preciosos en el hierro o acero a golpe de martillo siguiendo el boceto previamente dibujado en la pieza.
El damasquinado toledano mantiene los diseños tradicionales, donde predominan los motivos geométricos y renacentistas que se vende como souvenir.
En Toledo también se realizan bellas espadas en acero Toledano damasquinado y con la artesanía propia.
Los Damasquinados de Toledo suelen diferenciarse según sus acabados, que pueden ser:
Renacentistas: flores y pájaros.
Árabes: dibujos geométricos basados en la tradición musulmana.
Referidos al Escudo de Toledo.
Referidos al Quijote de la Mancha
Basados en escenas taurinas.
Escenas de baile típicamente andaluz.
Diseños de Vírgenes.
Diseños con la Giralda de Sevilla.
Diseños referidos a Cristo.
Cáliz (solo en las cruces).
Diseños con la Catedral de Toledo.
Diseños Hebreos.
VER ESPADA DAMASQUINADA DE ALEJANDRO MAGNO