La dolabra se sigue usando actualmente como herramienta versátil, especialmente en Italia desde la antigüedad. Sin esta sencilla pero práctica herramienta la construcción de fuertes, fosos, empalizadas e incluso calzadas no hubiera sido posible en tiempos del Imperio Romano.
La dolabra podía servir como un pico usado por mineros y excavadores, un instrumento usado por sacerdotes para rituales religiosos de sacrificio de animales y como un útil arma de trinchera (azada) usado en las tácticas de infantería romana. E incluso para cortar pequeños árboles como un hacha de mano.
El filo de la herramienta se protege con un capuchón de latón cuando no está en uso.