El escudo es el arma defensiva activa más antigua utilizada para protegerse de las armas ofensivas y para un ataque. Se conoce al menos desde la época Sumeria (III milenio a. C. , en Mesopotamia) y será utilizada en Occidente hasta el siglo XVII, cuando las armas de fuego individuales se generalizaron, quedando así obsoleto.
El propósito de los escudos es la protección del cuerpo delantero del guerrero. En la gama de escudos funcionales podemos encontrar de todas las épocas como la medieval, romana, vikinga, etc.
La rodela es un escudo lenticular embrazado, fijado al brazo por correas y un asa, de entre 50-60 cms de diámetro. Propio de infantes en formación o, también, para duelos. Se usaba desde la Edad Antigua (ejército romano y contemporáneos) hasta la Edad Moderna (siglo XVII ). Se utilizaba sobre todo para luchar con espada.
Estaban construidas en madera, más el entelado o en acero de 1 mm nervado o con refuerzos de 1,5 mm. En el siglo XVII se fabricaron rodelas antibalas (de 5 kg de peso) y rodelas de cañones (rodelas con pistolas incrustadas).
Un broquel es un escudo pequeño, de hierro o de acero, y más comúnmente de madera, cubierto de ante y con su canto guarnecido de hierro, que tiene en el centro una cazoleta del mismo metal, hueca para que la mano pueda empuñar la embrazadura o manija, colocada por dentro.
En general, fue utilizado durante la Edad Media y el Renacimiento, consistiendo en una pobre protección frente a las armas arrojadizas, como flechas, pero útil para desviar el golpe de una espada o de una maza.
Este escudo fue más ampliamente utilizado de lo que se conoce comúnmente. Era un arma simple pero eficaz.
El principal uso del escudo era para proteger la mano de la espada, su ligereza y su centro curvado eran excelentes para desviar los ataques de espadas, incluso podía usarse para atacar directamente al contrario golpeándoles con su cara plana o con el canto.