Dentro de las artes marciales tradicionales todavía se conservan los movimientos que antaño se practicaban con espadas y variedad de armas, fundamentales en el campo de batalla. Las armas se clasificaban según características y uso que se les daba. Sin embargo, la más conocida no solo en China, sino en todo el mundo, en todos los tiempos y al alcance de campesinos, ejércitos y altos cargos, es la espada.
Muchas veces encontramos espadas famosas por las historias que cuentan, algunas reales y otras ancladas al mundo fantástico. Se conoce que OuYezi fue el herrero más famoso de toda la historia de China, activo durante la era denominada Primavera y Otoño. El confeccionó en su taller un juego de tres espadas encargadas por el Rey Zhao, de Chu y otro juego de cinco espadas para el Rey Goujian, de Yue.
La misma leyenda afirma que OuYezi vivía en una zona montañosa, en el estado de Yue, llamado Long Yuan y él mismo escogió el lugar por la soledad que le ofrecía y la disponibilidad de recursos naturales superiores. Le costó dos años hacer las espadas forjadas con hierro obtenido directamente del monte Ci Shan y afiladas con piedras de Liang Shi Keng. Las primeras tres espadas se llamaron Long Yuan (La fuente del Dragón), Taia (Cima de la montaña) y Gongbu.
Espada China Jian de Tai Chi con hoja forjada de Acero de Damasco
Otra historia cuenta que en la dinastía Qin había un joven al que le gustaba conversar y hablar delante de la gente de su pueblo. Un día encontró una varilla estropeada de acero y les dijo que era una espada que obtuvo de una criatura inmortal, en las montañas Nanshan, y la llamó Chi Xiao. El chico aseguraba que la espada era la encarnación del Dragón Rojo del Cielo, que había conocido al Gran Emperador Qin, encarnado en una gran serpiente blanca.
Espada larga flexible Wushu
Los aldeanos sabían perfectamente que el mozo era un fanfarrón y no le hicieron mucho caso, hasta que una noche, una docena de jóvenes, incluido el chico y su espada, bajaron a la ciudad Feng Xize. En el camino encontraron una gigantesca serpiente blanca como la nieve pura. Aterrados por la criatura, nadie se atrevió a moverse, salvo el chico. Dijo a sus amigos que él iba a matar a la serpiente y se adentró en el bosque para cazarla. El joven no regresó esa noche y el resto del grupo decidió que era hora de volver a sus casas y no esperarle, ya que seguramente se había convertido en la cena de la serpiente.
Espada Dadao funcional
Al día siguiente aparecieron la serpiente muerta y el fanfarrón vencedor y en lugar de la de varilla de acero, llevaba una espada reluciente en cuya hoja se apreciaban dos caracteres rezando Chi Xiao. El segundo gran herrero de la historia de China fue Ganjiang que hizo dos de las espadas más famosas de la era Primavera y Otoño. Algunos dicen Ganjiang y OuYezi aprendieron el arte de las espadas del mismo maestro, otros, que la hija de OuYezi era la esposa de Ganjian.
Según cuenta la leyenda, en 494 aC, Goujiang el Rey de Yue estaba a punto de ser capturado por los ejércitos de Wu y como acto de capitulación decidió entregarle tres de las cinco espadas que OuYezi había hecho para el. El Rey de Wu, un gran coleccionista, quedó tan impresionado con la belleza de las espadas que le pidió a Ganjiang una similar.
Espada Yang Taichi
Para agradar a Wu, Ganjiang buscó el alma de Las Cinco Montañas y el metal en los valles de Las Seis Alianzas; aprendió trucos del oficio en el Cielo y los puso en práctica en la Tierra; los Cien Espíritus se acercaron para ver su trabajo y el mismo Chi bajó del cielo. Pero el metal de la espada no se fundía, Yin y Yang no estaban en armonía. Entonces reunió a 300 doncellas para que avivaran el fuego y finalmente consiguió hacer dos espadas para Wu. La primera se llamaba Ganjiang y la segunda Moyie, como su esposa.
Aunque no se pueda comprobar la veracidad de estas historias ni la existencias de algunas de las espadas, el propósito es enseñar y la enseñanza es considerada en China como un regalo, se basa en la ética, en el equilibrio mental y emocional y por lo tanto en el desarrollo de la sabiduría.
