En la Edad Media, el juego era una actividad en la que participaban tanto los mayores como los pequeños; para los adultos se presentaba como la mejor ocasión para reunir a todo el pueblo y para los niños, el juego simbolizaba diversión y recreo.
Aunque el juego y los juguetes tienen elementos comunes en todas las culturas y en todas las épocas, la razón principal que nos motiva a hacerlo es que nos permite fomentar nuestra creatividad, buscar soluciónes a problemas imaginarios, formar equipos para mejores resultados en las competiciones, establecer y obedecer reglas y, sobre todo, aprender.
CUCHILLO DE MADERA PARA NIÑOS 33cm
En aquella época se le daba especial importancia al juego, ya que se utilizaba como método de aprendizaje y los juguetes como las espadas, los cascos y los escudos, servían de herramienta para enseñar a defenderse y desarrollar estrategias de todo tipo contra los oponentes.
No estaría demás mencionar que el material utilizado para la confección de los juguetes era la madera, con el fin de crear unos objetos inofensivos, pero actualmente se pueden fabricar con plástico o látex para mayor flexibilidad.
DAGA MEDIEVAL PARA NIÑOS, 33 CMS.
Sin tener que profundizar mucho o buscar información especializada sobre los juegos de los pequeños medievales, sabemos que su favorito constaba en imitar a sus padres, soldados o caballeros a servicio del rey.
Este hecho no solo implicaba un buen manejo de la espada o saber utilizar el escudo como defensa, los niños aprendían a diferenciar entre las clases sociales, como reaccionar en situaciones tensas o incluso cuando perdían.
Cuando ya se cansaban de luchar como los caballeros, los pequeños enfocaban su atención hacia los hombres del mar, los piratas, personajes conocidos por sus aventuras, robos o capturas de naves llenas de riquezas.
DAGA PIRATA PARA NIÑOS, 38 CMS
No cabe duda que la imaginación y la creatividad nos acompañan desde que nacemos, pero para desarrollarlas, nos tenemos que armar de medios e instrumentos como los juguetes; además, es muy importante, pero fácil, adaptar los juegos a la edad de los pequeños; a partir de ahí ellos encuentran nuevas formas de actuación.
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