Parece una tarea complicada pero lo que requiere una cota de malla es tiempo y paciencia, que seguramente encontrarás si eres aficionado de la época medieval, todo lo demás (alambre, alicates y un martillo) lo puedes encontrar en cualquier ferretería. Para hacerlo más sencillo todavía, iremos por pasos.
Cómo hacer los anillos
Corta un trozo bastante largo de alambre, introduce un par de centímetros en el orificio extremo del bastidor; con una mano le vas dando vueltas a la manivela y con la otra mano sujeta el extremo libre del alambre. Cuando hayas terminado de hacer el muelle, dale un golpe con el martillo al alambre que sobresale por el agujero del principio, de forma que salga por debajo y se pueda cortar.
Cortar los anillos
Sujeta el muelle con una mano y con la otra vas cortando anillo por anillo. El alicate debe estar justo encima del corte anterior, de forma que el anillo restante, cuando lo cortes, contacte un extremo con otro. Utiliza un alicate cortador fino para varios anillos a la vez.
Cerrar los anillos
Lo mejor sería coger el anillo desde arriba con los alicates y juntar los extremos, apretando uno contra otro, de forma que queden ambos extremos bien alineados. Es importante comprobar que no haya aristas, si ocurre puedes volver a alinear hasta que quede liso o utilizar los alicates a modo de lijas.
Unir los anillos
Este ya es el último paso y el más sencillo. Coge cuatro anillos e introduce los en un quinto para que quede como en la imagen; repite este proceso varias veces.
Cuando tengas unas cuantas, las puedes unir utilizando otro anillo, y así, hasta formar una cadena.
Para juntar las dos cadenas, coge otro anillo y pásalo por los dos anillos inferiores de la cadena de abajo y por los dos anillos inferiores de la cadena de arriba, haces lo mismo con el siguiente y con los demás hasta llegar al final. Si lo has conseguido, ya puedes hacer mallas, todo lo que queda es extender hacia donde quieras.