La decoración es el conjunto de elementos que adornan una casa, una habitación, un ambiente, etc. con el fin de hacerla más bella, agradable y funcional. Para ello hay que trabajar con las dimensiones y el volumen y en esto las paredes cobran gran protagonismo.
Dentro de las tendencias decorativas no hay límites. Lo importante es el gusto y la temática que más se acomode a nuestro estilo y estética deseada. Un estilo decorativo muy bello, cultural e histórico es el estilo medieval que da un toque especial, diferente, elegante, señorial a nuestra estancia favorita, a una sede social, a una oficina, a un salón principal, a un restaurante, hotel, bar, etc.
La distribución de los muebles, el revestimiento de las paredes y del techo, el tipo de suelo y la inclusión de elementos textiles son elementos a tener en cuenta.
Una pared es una obra de albañilería vertical que limita, define y protege un espacio arquitectónico. Otro uso que se les da es el de dividir espacios. Dentro de el estilo medieval, esas paredes adquieren una belleza extraordinaria, si se las decora con cuadros medievales, o con estandartes medievales que le aportan gran colorido y vistosidad.
La forja medieval resulta imprescindible para enaltecer esas paredes y techos con bellas lámparas, apliques, antorchas, soportes, plafones, candelabros, etc. que también conseguirán ese efecto luminoso y acogedor.
Si somos coleccionistas de espadas medievales, de réplicas de armas de fuego medievales, podremos lucirlas y exponerlas en bellas panoplias de diferentes materiales y modelos.
Y ni qué decir de los escudos medievales que dan ese efecto especial a la pared donde se cuelguen.
Lo mismo sucede con las espadas medievales, ya sean decorativas o funcionales, que colgadas en una pared adquieren una manera espectacular para ser vistas y admiradas por todos.