La palabra pendiente proviene del latín pendens, pendentis, que significa algo que pende, que cuelga, que está suspendido. En este caso, nos referimos a un arete, zarcillo o aro, que puede o no poseer adornos y que se fabrican de diferentes materiales y formas.
Como tal, se usa para adornar el cuerpo y es habitualmente llevado en las orejas.
Una característica muy habitual de los pendientes medievales son los decorados con cruces templarias.