El ejército romano tenía dos armas arrojadizas muy efectivas en el combate: el pilum y la plumbata. El pilum es anterior al siglo VIII a.C. y la plumbata es de principios del siglo III d.C. La plumbata romana era una especie de flecha o lanza enastada en un mastil con un plomo que le daba peso y permitía lanzarse con la mano y atravesar los escudos enemigos.
La plumbata dotaba a las legiones romanos de un alcance que duplicaba el del pilum, por ser más corta y más liviana, sin impedirle al legionario romano usar al mismo tiempo su escudo o desenvainar rápidamente su espada.
Mientras la plumbata podía medir entre 50 cms. a 60 cms., el pilum podía medir entre 215 cms. a 225 cms.
VER PLUMBATA ROMANA PARA LANZAR