Entre las culturas antiguas más representativas del mundo Occidental tenemos la egipcia, la griega y la romana. La forma de vida del Antiguo Egipto, sus costumbres y sus tradiciones evolucionaron a lo largo de 3.000 años hasta la época romana. El arte egipcio conlleva un concepto de tradición, con imágenes o iconos tan conocidos en la actualidad por su belleza y color, arte en el que destaca una simbiosis con lo religioso y su multitud de deidades tanto en imágenes de relieves o pinturas como en esculturas.
Los antiguos egipcios de mayor posición política y económica podían acceder a obras artísticas que por lo general eran destinadas al servicio funerario, dada la importancia del culto al Más allá, especialmente en sus tumbas que eran decoradas con imágenes religiosas.
Las espectaculares y famosas pirámides egipcias de admirable perfección son un reflejo de su avanzada civilización, lo mismo que sus esculturas labradas en madera, marfil, bronce con incrustaciones de oro y plata o en piedra de gran dureza.
Las estatuas representan por lo general divinidades, faraones, personajes importantes y, a veces, personajes anónimos, así como maquetas de viviendas o talleres cuyo destino era una tumba, donde representaban las posesiones del difunto.
La cerámica egipcia esmaltada era de uso corriente, sobre todo en vasijas, jarros y copas. También trabajaban el oro en utensilios valiosos y para recubrir o chapar otros de bronce, piedra o madera. Lo mismo que el bronce y el marfil con los que labraron muchísimas estatuillas en honor a las divinidades y altos personajes. Adornaban con pedrería muebles, brazaletes, collares, anillos lo que daba gran esplendor al arte egipcio.
Decorar con una fuente de agua es una manera de proporcionar a una estancia, recinto o salón armonía y tranquilidad y qué mejor que hacerlo con una fuente con decorados egipcios.
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