En la Edad Media los combatientes debían protegerse todas las partes de sus cuerpos para evitar los golpes con armas contundentes o cortantes como las espadas. Para esto se valían de las armaduras. Hablaremos de cómo protegían el cuello con el gorjal y los hombros con las hombreras.
El cuello es la parte del cuerpo que une la cabeza con el tronco mientras que los hombros son la parte del cuerpo donde se une el brazo con el tronco. Para proteger el cuello, los guerreros tenían el gorjal que es aquella pieza de la armadura que se ajustaba al cuello para su defensa.
El gorjal era la primera pieza que se vestía. Encima iban la coraza y los guardabrazos, que se enlazaban después a ella por medio de una hebilla y una correa. Consistía en un cuello de hierro dividido en dos piezas articuladas a fin de poderlo ajustar, el cual llevaba una falda o avance semicircular o poligonal que cubría la parte superior del pecho, y otro que cubría las espaldas, uniéndose ambos sobre los hombros.
El uso del gorjal continuó durante todo el siglo XVI. A finales del mismo, se empleaban en Inglaterra unos gorjales a los cuales iban unidos los guardabrazos u hombreras, que estaban compuestos de láminas articuladas. En España, se usó mucho el gorjal durante el siglo XVI.
Las hombreras eran otra pieza de la armadura que cubría y protegía el hombro del guerrero. El uso de armas como la maza, el martillo y el hacha, hicieron necesario resguardar los hombros con piezas resistentes. Se hizo una hombrera de tres piezas, articulada la principal, con su arista y su reborde y dos launas sobre el brazo.
Las primeras hombreras completas se componían de dos piezas, una superior que montaba sobre el cuello de la babera y otra inferior sobre el cañón del brazal. Muchas hombreras del siglo XV y del XVI, ofrecen por la parte superior un reborde levantado, a modo de cuello, destinado a parar los golpes de lanza.
En los arneses de torneo es muy frecuente que la hombrera derecha sea de distinta forma y más amplia y recia que la izquierda, atendido el movimiento especial del brazo que manejaba la lanza, y que aquella parte quedara descubierta, mientras que la del lado izquierdo llevaba por refuerzo la tarja.
En las armaduras de guerra y de corte, ornamentadas, las dos hombreras son iguales y están acanaladas, con lo cual solían desviar los hierros de las lanzas. En el siglo XVI, se volvieron a usar mucho las hombreras de placas articuladas pero ya la armadura fue perdiendo importancia.
VER GORJALES DE LA ARMADURA MEDIEVAL