La mujer en la sociedad medieval podía distinguirse, en rasgos generales, en tres categorías: la noble, la campesina y la monja. Aunque podría incorporarse una cuarta categoría que era la bruja. En la Europa medieval se consideraba mal a las mujeres brujas, tanto que debían eliminarse por considerarse diabólicas y mujeres del mal.
En realidad no todas lo eran , pues muchas de ellas eran solo mujeres emancipadas, solteras, que vivían de la elaboración de remedios caseros, a base de hierbas y otros elementos de la naturaleza. Estaban en la clandestinidad, pero con frecuencia eran consultadas a escondidas por los nobles y campesinos para curar enfermedades.
En las fábulas y cuentos infantiles eran las que hacían hechicerías. En la actualidad se recurre mucho a este personaje de bruja para las fiestas de halloween o para recrear épocas medievales en los mercadillos, teatro, etc. Y no hay brujita que no posea una bonita varita mágica para sus hechizos.