La blusa es una prenda de vestir utilizada por mujeres, similar a la camisa. En la Edad Media, dado que era sencilla y de tela o lino era para el uso de las campesinas.
Una blusa simple con una falda llana era el vestido estándar popular femenino del medioevo.
Las blusas en ese entonces no incluían cuello ni tampoco botones. Con el paso del tiempo se hicieron más elaboradas y empezaron a hacer parte del guardarropa de las mujeres de la nobleza.
Los tintes de color se los podían permitir las personas con más riquezas, mientras que los colores neutros eran los habituales de la gente pobre.
Ya avanzada la Edad Media, una forma de manifestar la abundancia era por el número de los botones que se usaban. Las criadas estaban a cargo de abotonar los vestidos de la señora.
La confección de blusas y de la ropa en general se hacía generalmente como manufactura en las casas por las mujeres.
Las damas de la Edad Media utilizaron esta prenda para corresponder a los requerimientos corteses de un caballero, cosa que hacían ofreciéndole un retal de su propia camisa que portaba el caballero enamorado.