La cantimplora es un tipo de recipiente que se usa para llevar bebida en los desplazamientos de las personas, al mismo tiempo que sirve como aislante térmico para mantener la temperatura fría. Entre las primeras cantimploras están las que se hacían con una calabaza a la que se practicaba un orificio de salida y se secaba al fuego. Igualmente primitivos han sido los recipientes de barro como las botijas de los pastores, las cuales también solían fabricarse con cuero.
Los legionarios romanos portaban cantimploras llamadas lagunculas, de las cuales hay del siglo II, exhibidas en el Museo Romano-Germánico de Colonia. Las cantimploras romanas eran metálicas, lo que favorecía que no quedara el líquido con el mal gusto del cuero. Estaba sujeto con una correa para facilitar el transporte y evitar su extravío.
Se han encontrado varios ejemplares de lagunculas o cantimploras metálicas en excavaciones en campamentos militares romanos, algunas con bellas decoraciones.
VER LAGUNCULA CANTIMPLORA ROMANA