Corpiños
El corpiño, una prenda histórica
El corpiño es una prenda de vestir que cubre el cuerpo desde el cuello hasta la cintura. Esta pieza fue muy utilizada por mujeres y niñas en la Europa de los siglos XVI a XVIII. El gusto por el corpiño se extendió gracias que esta pieza estiliza la figura femenina, realza el busto y sirve como sujeción para los pechos. No obstante, esta prenda de vestir también fue muy utilizada por hombres a finales del siglo XVIII. La moda de los fracs, las levitas y los abrigos de cintura estrecha, les permitía reafirmar la zona del pecho.
Estructura del corpiño
Esta prenda de vestir suele componerse de una pieza o dos piezas que rodean el busto, de mangas removibles o sin mangas y de corte bajo. Para lograr sostener el busto, el corpiño utiliza elementos rígidos. Aunque en la antigüedad se utilizaban materiales como la caña o los huesos de ballena, el endurecimiento actual se hace con piezas metálicas o de cuero.
No obstante, todos ellos precisan de un cordón para ajustar la prenda al cuerpo según las necesidades de cada persona. En sus inicios, los corpiños se ataban con un cordón continuo y, la mayor parte de las veces, se necesitaba asistencia para ponérselo. Actualmente, la mayor parte de los corpiños se atan con un sistema de ojales enfrentados, que facilita la autonomía al vestirse.
La moda Victoriana
La moda inglesa de finales del siglo XIX y principios del siglo XX popularizó el corpiño como prenda para utilizas sobre otras piezas de ropa. En esta época se puso de moda el corpiño estilo Agnes Sorel, que lleva el nombre de la que fuera amante favorita del rey Carlos VII de Francia. Este corpiño estaba pensado para su uso diario y contaba con un escote de corte cuadrado, de frente y espalda altos y mangas de obispo.