Las fíbulas celtas son broches utilizados en la Edad del Hierro y la Edad Media para sujetar la ropa. Las fíbulas celtas se caracterizan por su forma distintiva, que se asemeja a un gancho o una aguja, y a menudo están decoradas con intrincados diseños celtas.
Estas fíbulas eran una prenda de vestir esencial en la cultura celta, ya que permitían a los guerreros y las personas comunes sujetar sus túnicas y capas mientras se movían. Además de su funcionalidad, las fíbulas celtas eran también una forma de mostrar el estatus y la riqueza, y a menudo se hacían de materiales preciosos como el oro y la plata.
Hoy en día, las fíbulas celtas son una pieza popular de joyería y accesorios de estilo celta, y a menudo se usan para añadir un toque de autenticidad y elegancia a los trajes de época o disfraces. Con su intrincado diseño y rica historia, las fíbulas celtas son un recordatorio de la rica cultura y la tradición celta que ha perdurado a través de los siglos.