En la Edad Media, las marcas satíricas de peregrinos eran utilizadas como una forma de mostrar la desaprobación del orden establecido. A través de la parodia de la realidad y la burla de la hipocresía y el comportamiento humano en general, estas marcas se convirtieron en una herramienta poderosa para transmitir mensajes subversivos. Un ejemplo claro de esto es la imagen del doctor mono, que representa la opinión popular sobre los médicos y sus costumbres en el siglo XV. La capacidad de imitación del mono llevó a la creencia de que este animal copiaba intencionalmente las acciones humanas para convencer a la gente de que realmente era uno de ellos. Como resultado, el mono se convirtió en la imagen del impostor en la Edad Media, siendo asociado con la falsedad, la hipocresía y la baja valía.
En este contexto, el uso del doctor mono como un símbolo satírico no solo demostraba el descontento de la sociedad con la profesión médica de la época, sino que también reflejaba la percepción general de la gente sobre las figuras de autoridad y su conducta. El hecho de que un animal fuera utilizado para representar a un médico o cualquier otra figura importante muestra la falta de respeto y confianza que se tenía hacia estos individuos. De esta manera, las marcas satíricas de peregrinos no solo eran una forma de entretenimiento, sino que también constituían una herramienta poderosa para desafiar el statu quo y criticar los abusos de poder en la sociedad medieval.