¿Está buscando un recuerdo único de su peregrinación? ¡No busque más allá del broche de peregrino de la Dama de Tombelaine! Este broche de bronce de alta calidad es una réplica del siglo XV de un lugar de peregrinación en la pequeña isla de Tombelaine, cerca de la costa francesa. La imagen de la Virgen María sentada y coronada, acompañada del niño Jesús y una flor de lirio, simboliza la inocencia y la pureza, y es un recordatorio constante de su devoción.
A diferencia de las medallas de esta época, que se hacían de una aleación de estaño y plomo, nuestro broche de peregrino es de bronce. Con su tamaño compacto, de 4,2 x 2,4 cm, es fácil de llevar y se asegura con un pasador en la parte posterior. ¡Obtenga su propia réplica de un tesoro histórico y lleve consigo un pedazo de la historia de la peregrinación cristiana!
Este broche de peregrino Dama de Tombelaine es fabricado por Pera Peris, un prestigioso fabricante alemán conocido por su compromiso con la alta calidad y la autenticidad. Sus habilidades artesanales y su meticulosa atención al detalle se reflejan en cada pieza que producen.
La altura de este broche es de 4.2 cm, lo que le permite destacar sin resultar abrumador. Además, su ancho de 2.4 cm lo hace compacto y fácil de llevar en cualquier ocasión. No importa si está vestido de forma formal o casual, este broche agregará un toque de elegancia a su atuendo.
El material utilizado para este broche es bronce, lo que garantiza su durabilidad y resistencia al desgaste. El bronce es un metal noble que evita la oxidación y mantiene su brillo original a lo largo del tiempo. Además, su tono dorado le dará un toque de sofisticación a cualquier conjunto.
No pierda la oportunidad de llevar consigo un pedazo de historia. Adquiera hoy mismo este broche de peregrino Dama de Tombelaine y haga que su peregrinación sea aún más significativa y memorable.
En la Edad Media, los recuerdos en forma de broches de peregrino se producían en grandes cantidades y se vendían en los lugares religiosos a los visitantes, quienes de esta forma tenían una prueba visible de su peregrinación en sus manos.
En la Edad Media era común llevar el broche de peregrino en el sombrero, identificándose así como peregrino en necesidad de apoyo y hospitalidad en su viaje. Muchos broches de peregrino se han encontrado en corrientes de agua medievales, lo que sugiere que pueden haber sido arrojados intencionalmente al río como ofrendas por los peregrinos que regresaban.
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