En la mitología nórdica, Yggdrasil es el árbol sagrado que representa el eje del mundo y conecta los nueve mundos de la cosmología nórdica. Se cree que este fresno de hoja perenne es la encarnación de todo el cosmos o de toda la creación, y que simboliza el conocimiento, la vida, la decadencia, la renovación y el equilibrio inherente de la vida.
En la leyenda, las raíces de Yggdrasil se extienden hacia los diferentes mundos, mientras que su copa sostiene los cielos. Es considerado uno de los símbolos más importantes de la mitología nórdica y sigue siendo venerado por muchos seguidores del paganismo germánico en la actualidad.