Estas armas clasificadas como espadas vikingas tienen una evolución morfológica como un aumento del grosor de la hoja hacia el puño y progresiva disminución hacia la punta. Continúan siendo espadas de lucha rectas y de doble filo. Su hoja no es tan aguda acabando en una punta casi roma, lo que denota la prioridad del tajo frente al estoque. Las espadas romanas son las predecesoras de las espadas vikingas que son armas más pesadas y grandes.
Son espadas principalmente de ataque con una empuñadura corta que limita su uso a una sola mano. La espada Vikinga es la más importante en la evolución de esta herramienta hacia el medievo.