A principios del siglo XVIII, el Shogun encargó a los dos príncipes Kamei Korechika y Asano Naganori que prepararan una ceremonia de recepción para el emisario del emperador. Los dos iban a ser instruidos por la corrupta maestra de ceremonias Kira Kozuk. Sin embargo, esperaba obsequios generosos a cambio de enseñarles sobre la etiqueta de la corte. En marcado contraste con Kamei, Asano rechazó las demandas de su instructor, por lo que fue maltratado, insultado y provocado por el maestro de ceremonias. Después de un tiempo de tolerar este comportamiento, atacó a Kira con su cuchillo. Aunque solo lo hirió levemente, la ofensa se castigaba con la muerte, por lo que Asano cometió seppuku, el suicidio ritual.
Entre los seguidores de Asano había 47 samuráis, que se convirtieron en Ronin (samuráis sin hogar). Sabiendo que el juramento de venganza de sangre significaba la muerte, idearon un plan para asesinar al Maestro de Ceremonias. Después de meses de preparación, finalmente lograron entrar en la propiedad de Kira, ejecutarlo y luego cortarle la cabeza. Después de poner sus cabezas sobre la tumba de Asano, los Ronin se rindieron. Una vez que vengaron a su maestro actuando de acuerdo con el código de honor de los samuráis, a los Ronin se les permitió suicidarse mediante seppuku, lo que evitó que fueran ejecutados como criminales habituales. Este evento se considera un excelente ejemplo de la lealtad incondicional del samurái y la lealtad a su maestro.