¿Qué es un Onagro?
Un elemento clave de la artillería en la antigüedad, el Onagro es una forma de catapulta que se empleó en numerosos asedios por su capacidad para lanzar proyectiles a gran distancia. El nombre proviene del latín "onager", que significa "asno salvaje", en referencia a la fuerza con la que estos animales lanzaban sus coces, similar al impacto producido por el Onagro al liberar sus proyectiles.
Historia y Orígenes
El Onagro fue utilizado por primera vez por el Imperio Romano alrededor del año 200 a.C. Su primera mención homologada se encuentra en los escritos del griego Filón, seguida por referencias de Apolodoro un siglo más tarde. Sin embargo, descripciones detalladas empezaron a aparecer hasta el siglo IV, cuando historiadores como Vegecio y Amiano Marcelino documentaron ampliamente su diseño y aplicación.
Diseño y Funcionamiento
Una innovación notable en su tiempo, el Onagro consistía en un resistente armazón que sostenía un brazo largo hecho de maderas como el fresno o el roble. Para asegurar la fiabilidad del brazo, se prefería que fuera libre de nudos. Este brazo se tensaba mediante fibras provenientes de fuentes vegetales o animales, particularmente tendones, conocidos por dotar de mayor potencia a la máquina.
Mecanismo de Disparo
La acción de disparo involucraba el uso de un torno de barras de hierro que tensaba el brazo hacia atrás. Una vez tensado, se sujetaba mediante un retén que, al soltarlo, liberaba el brazo de manera abrupta. Al impactar con su tope acolchado, un saco relleno de paja sólido, se lanzaba el proyectil, funcionando de manera similar a una honda.
Variaciones del Onagro
El Onagro no era uniforme en su diseño, sino que presentaba variaciones según el propósito específico en la guerra. Algunas versiones incorporaban una cuchara al final del brazo para lanzar proyectiles incendiarios, mientras que otras tenían ruedas, facilitando el movimiento del dispositivo. Sus tamaños también variaban: desde modelos portátiles manejados por cuatro hombres hasta grandes estructuras capaces de disparar rocas enormes a distancias superiores a 250 metros.
Aplicaciones en el Campo de Batalla
El Onagro jugaba un rol fundamental en asedios, abriendo brechas en las murallas enemigas y derribando fortificaciones. Su uso no se limitaba únicamente a campañas terrestres; también se desplegó en batallas navales romanas, permitiendo ataques efectivos desde las cubiertas de sus barcos de guerra, contribuyendo significativamente a la estrategia militar de la Roma clásica.
La Simplicidad Efectiva del Onagro
A pesar de su simpleza, el Onagro representaba una pieza de artillería sumamente efectiva. Montado generalmente por un grupo de ocho hombres sobre bases de tierra o ladrillo para minimizar el impacto de las vibraciones, el Onagro refleja una de las muchas formas ingeniosas que las civilizaciones antiguas desarrollaron para mejorar su eficacia en campañas militares.
El impresionante legado del Onagro está marcado no solo por su ingeniería avanzada para la época, sino también por su impacto duradero en el arte del asedio y la evolución de armas militares en los tiempos antiguos.